Internet, una herramienta que utilizamos a menudo, especialmente las redes sociales, porque nos facilita la comunicación, nos proporciona entretenimiento e información, pero no somos conscientes de los peligros a los que nos exponemos, hoy trataremos LA SUPLANTACIÓN DE IDENTIDAD.

Es un acto delictivo, tipificado en el Código Penal, que lo define como la práctica de hacerse pasar por otra persona con el objetivo de obtener algún tipo de beneficio.

Es el delito más frecuente en Internet por ser un medio anónimo y donde se publican una gran cantidad de datos personales.

Las investigaciones de las Unidades de ciberdelitos concretan que, se suele suplantar la identidad para cometer otro delito, contratar servicios y suministros, realizar compras u obtener documentación oficial, pero se lleva la palma el causar perjurio y atacar la reputación de la persona suplantada.

En cuanto a los métodos para suplantar la identidad encontramos dos más generalizados:

El que se da en redes sociales, especialmente con la creación de nuevos perfiles utilizando nuestros datos personales (fotografías, nombre, fechas, …) sin nuestro consentimiento; y el denominado phishing, que consiste en el robo de datos personales, contraseñas, cuentas de correo, datos bancarios, … generalmente a través de algún correo que contienen malware.

Diferentes unidades de investigación de ciberbelitos están a nuestra disposición en caso de que tengamos constancia de que alguien se está haciendo pasar por nosotros.

Debemos reunir pruebas suficientes del delito como capturas de pantalla, conversaciones o testimonios que acredite que la suplantación se realiza con un fin delictivo o de perjuicio al suplantado. También en la medida de lo posible contactar con las empresas afectadas, ya se la banca, las redes sociales o empresas de servicio, para que puedan colaborar con la investigación.

La Policía o la Guardia Civil tienen unidades especializadas donde podemos denunciar, pero también en la Agencia Española de Protección de Datos, o Autoridades de Consumo.

Lo más importante y para mayor información, asesoramiento, consejos y soportes sobre cómo protegerse y prevenir, existe la Oficina de Seguridad del internauta.

Cuyo objetivo es reforzar la confianza en el ámbito digital:

  • Ayudando a los usuarios a llevar un cambio positivo de comportamiento con la adopción de buenos hábitos de seguridad
  • Hacerles conscientes de su propia responsabilidad en relación a la ciberseguridad.
  • Contribuir a minimizar el número y gravedad de incidencias de seguridad del usuario.