El verano invita a relajarse, viajar y, sobre todo, desconectar. Sin embargo, muchas personas siguen revisando correos electrónicos, contestando llamadas o accediendo a plataformas laborales incluso en sus días de descanso. Esta práctica no solo perjudica el bienestar psicológico del trabajador, sino que también puede vulnerar la normativa sobre protección de datos y derechos digitales.
¿Qué es el derecho a la desconexión digital?
El derecho a la desconexión digital está recogido en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (LOPDGDD). Esta norma establece que los trabajadores no están obligados a atender comunicaciones electrónicas laborales fuera del horario establecido legal o convencionalmente. El objetivo es claro: proteger el tiempo de descanso, las vacaciones y la intimidad personal y familiar.
Riesgos reales para la salud y la privacidad
Según estudios recientes, 7 de cada 10 personas consultan su teléfono móvil por motivos laborales durante sus vacaciones. Esta hiperconectividad constante impide una verdadera recuperación física y mental, y puede desembocar en agotamiento o “burnout”. Además, mantener el acceso a sistemas y datos corporativos durante los periodos de descanso incrementa los riesgos de brechas de seguridad y usos indebidos de la información.
Las obligaciones de la empresa para cumplir con la desconexión digital
No basta con la buena voluntad del trabajador. Es la empresa la que tiene el deber legal de garantizar el cumplimiento del derecho a la desconexión, tal como señala la LOPDGDD. Algunas medidas clave que deben aplicarse incluyen:
- Elaboración de una política interna de desconexión digital, previa consulta con la representación legal de los trabajadores.
- Formación específica sobre el uso saludable de las tecnologías.
- Establecimiento de protocolos claros durante vacaciones (respuestas automáticas, delegación de funciones, gestión de urgencias).
- Limitación del uso de mensajería instantánea como WhatsApp, salvo consentimiento informado y específico del trabajador.
¿Se permite el contacto en caso de urgencia?
Solo en casos excepcionales y siempre que exista un interés legítimo que lo justifique, se puede contactar con un trabajador durante sus vacaciones. Eso sí, estas situaciones deben ser puntuales. La reiteración injustificada podría dar lugar a sanciones por parte de la autoridad de control competente, como la AEPD.
Buenas prácticas para los trabajadores
- Activar respuestas automáticas indicando el periodo de vacaciones.
- Silenciar notificaciones laborales en el móvil.
- Informar a compañeros y clientes sobre tareas pendientes.
- Ejercer el derecho a la desconexión sin culpa ni presión.
Cuando el problema lo genera el trabajador
La protección de datos también puede verse comprometida desde dentro. Un ejemplo ilustrativo: la AEPD sancionó con 300€ a un trabajador de una frutería por utilizar el número de teléfono de una clienta, extraído del programa de fidelización, para fines personales. Aunque la empresa no fue sancionada, su imagen sí quedó afectada. Este tipo de conductas subraya la necesidad de controlar y auditar adecuadamente el acceso a los datos personales.
La desconexión digital no es un capricho moderno, sino un derecho laboral y una obligación empresarial. En un contexto hiperconectado, respetarlo es fundamental para proteger tanto la salud de las personas como los derechos fundamentales vinculados a la privacidad.
En vacaciones, desconectar es también cumplir con la ley.